Resumen :
¿Qué es el subsidio por desempleo?
Una ayuda por desempleo no contributiva
El subsidio por desempleo es una prestación de nivel asistencial dirigida a las personas que están en paro y no tienen derecho a la prestación contributiva de desempleo o ya la han agotado.
La finalidad del subsidio por desempleo es proporcionar un apoyo económico básico mientras la persona mantiene su inscripción como demandante de empleo y participa en acciones de mejora de la empleabilidad. A diferencia de otras ayudas sociales de carácter general, el subsidio por desempleo se enmarca en la protección por desempleo y está ligado a la situación legal de desempleo y a los ingresos del hogar.
La diferencia entre el subsidio por desempleo y la prestación contributiva de desempleo es esencial. La prestación contributiva por desempleo se reconoce cuando la persona ha cotizado lo suficiente y su cuantía depende de las bases de cotización previas, por lo que funciona como un “seguro” basado en lo aportado. El subsidio por desempleo, en cambio, no depende de lo cotizado para fijar el importe, sino de cumplir determinadas condiciones económicas y personales. Por ello se considera no contributivo y actúa como un mecanismo de protección mínimo una vez que no existe, o ya se ha terminado, la cobertura contributiva.
Conceptos clave del subsidio por desempleo
Para entender cómo funciona el subsidio por desempleo conviene tener presentes tres referencias básicas.
La primera son las rentas o ingresos computables. Para acceder al subsidio por desempleo es imprescindible no superar el 75% del SMI: en 2025, 888 € brutos al mes (con un SMI de 1.184 € en 14 pagas). A efectos informativos, además del salario, se computan otras fuentes como pensiones, rendimientos del capital, alquileres o determinadas prestaciones. En presencia de cargas familiares, el SEPE puede valorar los ingresos de la unidad familiar, normalmente por miembro. Este filtro económico prioriza la cobertura asistencial para quienes realmente carecen de recursos mientras buscan empleo.
La segunda referencia es el IPREM, un indicador público que se utiliza como base para fijar importes y límites en numerosas ayudas. En el subsidio por desempleo, el IPREM actúa como guía tanto para determinar la cuantía orientativa de la ayuda como para valorar la situación económica de la persona solicitante. No es necesario memorizar su valor exacto para comprender el subsidio; basta con saber que el IPREM es el punto de partida que utiliza la administración para calcular importes y verificar topes de ingresos.
La tercera referencia es el salario mínimo interprofesional, que sirve como marco de comparación del mercado laboral y, en algunos supuestos, como referencia indirecta para interpretar compatibilidades con trabajos a tiempo parcial o analizar situaciones en las que existen ingresos laborales reducidos. Entender cómo se relacionan rentas, IPREM y salario mínimo interprofesional ayuda a interpretar mejor por qué el subsidio por desempleo tiene un importe estándar y por qué su acceso está condicionado por límites económicos pensados para priorizar a quienes se encuentran en mayor necesidad.
Requisitos generales de acceso al subsidio por desempleo
Situación legal de desempleo e inscripción como demandante
Para acceder al subsidio por desempleo es imprescindible encontrarse en situación legal de desempleo y estar inscrito como demandante de empleo. Esto implica haber finalizado una relación laboral por causas reconocidas (fin de contrato, despido, reducción no voluntaria de jornada en ciertos supuestos) y mantener la inscripción activa ante el servicio público de empleo. La inscripción no es un mero trámite: hay que renovarla cuando corresponda, suscribir el compromiso de actividad y estar disponible para aceptar ofertas adecuadas o participar en acciones de formación y orientación que mejoren la empleabilidad.
Además de la inscripción inicial, se exige continuidad en la demanda. Si la persona deja caducar la renovación o rechaza sin causa justificada una oferta de empleo adecuada, puede ver suspendido o denegado el subsidio por desempleo. Por ello, conviene revisar con frecuencia el estado de la demanda, atender a las citaciones y conservar justificantes de participación en cursos o entrevistas, ya que todo ello acredita la búsqueda activa de empleo que acompaña la protección asistencial.
Cargas familiares y composición de la unidad familiar
Las cargas familiares pueden ser determinantes a la hora de acceder a determinadas modalidades del subsidio por desempleo y de mantenerlo en el tiempo. En términos generales, se consideran cargas familiares el cónyuge no separado legalmente y los hijos o personas asimiladas que conviven y dependen económicamente, con límites de edad y condiciones específicas en caso de discapacidad o falta de ingresos propios. La administración evalúa no solo la existencia de estas cargas, sino también cómo se compone la unidad familiar y cuál es el reparto real de los recursos dentro del hogar.
Cuando el subsidio por desempleo requiere acreditar cargas familiares, el cálculo económico suele realizarse “per cápita”, es decir, distribuyendo los ingresos totales entre los miembros computables de la unidad familiar. Este enfoque permite valorar si, en conjunto, el hogar carece de recursos suficientes. De ahí la importancia de aportar documentación actualizada sobre convivencia, estado civil e ingresos de cada miembro, ya que cualquier variación (un nuevo empleo parcial, una pensión sobrevenida o el fin de una beca) puede alterar el resultado y la continuidad del derecho.
Límite de rentas del subsidio por desempleo
El subsidio por desempleo está condicionado por un tope económico: no superar el 75% del salario mínimo interprofesional. En 2025, ese umbral es de 888 € brutos mensuales (con un SMI de 1.184 € en 14 pagas). Este límite se aplica, con carácter general, a los ingresos individuales de la persona solicitante; en los supuestos con cargas familiares, la administración puede valorar también la media por miembro de la unidad familiar para verificar la carencia de rentas.
A efectos del cómputo, no solo se tienen en cuenta salarios, sino también otras fuentes como pensiones, rendimientos del capital mobiliario o inmobiliario, alquileres y ciertas prestaciones. Por el contrario, hay ingresos excluidos o que se computan de forma específica según la normativa aplicable.
En la práctica, antes de solicitar el subsidio por desempleo conviene revisar todos los movimientos de ingresos regulares y esporádicos, calcular la media mensual y comprobar que no se rebasa el límite de 888 € brutos mensuales; mantener ese nivel por debajo del umbral es un requisito que se controla tanto en el acceso como durante la percepción de la ayuda.
Modalidades principales del subsidio por desempleo
Tras el agotamiento de la prestación contributiva
Esta modalidad está pensada para quienes han cobrado la prestación contributiva de desempleo hasta su fin y siguen en paro. Para acceder al subsidio por desempleo, además de mantenerse en situación legal de desempleo e inscritos como demandantes, hay que acreditar carencia de rentas por debajo del 75% del salario mínimo interprofesional y, en su caso, la existencia de cargas familiares cuando así lo exija la normativa. Suele reconocerse por periodos de 6 meses, con posibilidad de prórrogas si se mantienen los requisitos, y su cuantía es estándar, vinculada a referencias como el IPREM. Es fundamental solicitarlo dentro del plazo indicado tras la extinción de la prestación contributiva, mantener la demanda activa y cumplir el compromiso de actividad durante todo el tiempo de percepción.
Insuficiencia de cotizaciones
Cuando la persona trabajó pero no llegó a cotizar lo suficiente para generar derecho a la prestación contributiva, puede solicitar el subsidio por desempleo por insuficiencia de cotizaciones. En este supuesto, se exige igualmente estar por debajo del límite de rentas y acreditar la situación legal de desempleo, con particular atención a la duración cotizada y a la existencia de cargas familiares, que pueden condicionar tanto el acceso como la duración del subsidio. La lógica de esta modalidad es ofrecer una protección mínima a quienes han tenido vínculos laborales recientes, pero no alcanzan el umbral contributivo. Por ello, el SEPE verifica con detalle los periodos trabajados y la documentación de finalización de contrato o cese.
Mayores de 52 años
El subsidio para mayores de 52 años es la modalidad más estable dentro del nivel asistencial. Se dirige a personas desempleadas que han cotizado lo suficiente para la jubilación en términos de años y bases exigidas, pero que no pueden acceder aún a la pensión y carecen de ingresos superiores al 75% del salario mínimo interprofesional. A diferencia de otras modalidades, su duración se extiende hasta que la persona alcance la edad ordinaria de jubilación, siempre que se mantengan los requisitos, y durante su percepción se ingresan cotizaciones por jubilación, lo que protege la futura pensión. La inscripción ininterrumpida como demandante de empleo, la actualización de datos económicos y el cumplimiento del compromiso de actividad son aquí especialmente relevantes, dado el carácter prolongado de la ayuda.
Otros supuestos específicos del subsidio por desempleo
Existen además situaciones particulares en las que se puede reconocer el subsidio por desempleo cuando se acredita carencia de rentas y situación legal de desempleo. Entre ellas figuran el retorno del extranjero tras trabajar fuera de España y carecer de prestaciones contributivas, la excarcelación con dificultades de reinserción laboral inmediata, o determinados casos de revisión tras la denegación o extinción de una incapacidad permanente. En todas estas variantes, la clave es demostrar la concurrencia del hecho causante específico, mantener la inscripción como demandante y no superar el umbral de ingresos permitido. Dado que cada supuesto tiene matices documentales y plazos propios, conviene revisar cuidadosamente los requisitos y aportar las pruebas que acrediten la circunstancia concreta para que la resolución sea ágil y favorable.
Duración y cuantía del subsidio por desempleo
Duración máxima del subsidio por desempleo y renovaciones
La duración del subsidio por desempleo depende de la modalidad reconocida y de la situación de la persona solicitante.
En los supuestos más comunes tras el agotamiento de la prestación contributiva o por insuficiencia de cotizaciones, el reconocimiento suele hacerse por periodos de 6 meses, con posibilidad de prórrogas sucesivas mientras se mantengan los requisitos económicos, la situación legal de desempleo y la inscripción como demandante de empleo.
En la modalidad de mayores de 52 años, la protección se prolonga hasta alcanzar la edad ordinaria de jubilación, siempre que se cumplan las condiciones y se acredite periódicamente la carencia de rentas.
En todos los casos, las renovaciones exigen actualizar datos, declarar ingresos y comunicar cualquier variación familiar o laboral que pueda afectar al derecho.
Cuantía general vinculada al IPREM
El subsidio por desempleo es una ayuda de importe estándar ligada a referencias públicas. Con carácter general, la cuantía mensual equivale al 80% del IPREM vigente, lo que en 2025 se traduce en 480 euros al mes.
Este diseño hace que el subsidio por desempleo funcione como un apoyo básico y previsible, independiente de las bases de cotización previas, y centrado en la situación económica actual de la persona y de su unidad familiar. Cuando se producen cambios relevantes, por ejemplo, inicio o fin de ingresos, variaciones
en la convivencia o en las cargas familiares, es obligatorio comunicarlo para evitar cobros indebidos y ajustes posteriores.
Compatibilidades e incompatibilidades
El subsidio por desempleo puede compatibilizarse con determinadas situaciones, siempre bajo control del límite de rentas y con comunicación inmediata al servicio público de empleo. Es compatible, por ejemplo, con trabajos a tiempo parcial en ciertos supuestos: en esos casos, la ayuda puede reducirse de forma proporcional a la jornada y mantenerse mientras no se supere el umbral de ingresos. También es compatible con acciones de formación, orientación o recualificación vinculadas a la mejora de la empleabilidad, así como con algunas ayudas finalistas no computables como renta, según la normativa aplicable.
Por el contrario, el subsidio es incompatible, con carácter general, con trabajos a tiempo completo, con la percepción simultánea de la prestación contributiva por desempleo, con pensiones o prestaciones que superen el límite de ingresos, y con cualquier actividad o situación que haga perder la condición de demandante de empleo. Si se inicia un trabajo, se produce una baja en la demanda, o se superan los topes económicos, el subsidio por desempleo se suspende o extingue.
Para conservar el derecho, conviene anticiparse: comunicar de inmediato cualquier cambio, revisar mensualmente los ingresos y conservar justificantes de formación y búsqueda activa de empleo.
Cómo solicitar el subsidio por desempleo
Pasos y plazos de solicitud del subsidio por desempleo
El primer paso es verificar que cumples los requisitos del subsidio por desempleo: situación legal de desempleo, inscripción como demandante y carencia de rentas por debajo del 75% del SMI. A partir del hecho causante, por ejemplo, el fin de la prestación contributiva o la finalización del contrato, debes presentar la solicitud dentro del plazo establecido, habitualmente 15 días hábiles. Conviene no apurar los tiempos: mantener la demanda de empleo activa, revisar que los datos personales y familiares están actualizados y preparar la documentación acreditativa evita requerimientos y demoras.
Reúne la documentación básica antes de iniciar el trámite: identificación, justificante del hecho causante, datos bancarios para el abono, certificados de ingresos y, si procede, acreditación de cargas familiares. Con todo listo, tramita la solicitud del subsidio por desempleo por la vía elegida, conserva el resguardo de presentación y permanece atento a posibles notificaciones para subsanar o aportar información adicional.
La resolución llegará una vez comprobados los requisitos; si es estimatoria, el alta en la nómina se efectúa con efectos desde la fecha que corresponda según la normativa aplicable.
Canales oficiales para pedir el subsidio
Puedes solicitar el subsidio por desempleo a través de la sede electrónica del SEPE, utilizando certificado digital, DNI electrónico o sistema Cl@ve, lo que permite completar el procedimiento íntegramente en línea y adjuntar la documentación de forma segura.
Si prefieres atención presencial, puedes acudir a la oficina de prestaciones con cita previa, donde registrarás la solicitud y entregarás los documentos en papel.
También es posible presentar escritos por registro administrativo en otros organismos públicos, aunque esta vía puede alargar los plazos de remisión al SEPE.
Elige el canal que mejor se adapte a tu situación, pero asegúrate de presentar la solicitud dentro del plazo y de recibir un justificante de registro.
Qué hacer si te lo deniegan
Si recibes una denegación del subsidio por desempleo, lee detenidamente la resolución para identificar el motivo: superación del límite de rentas, falta de acreditación del hecho causante, interrupciones en la demanda de empleo o documentación incompleta son causas habituales.
Si consideras que cumples los requisitos, presenta alegaciones y un recurso de reposición dentro de los 30 días hábiles siguientes, aportando las pruebas que acrediten tu derecho. En paralelo, puedes solicitar una revisión por cambio de circunstancias si, por ejemplo, tus ingresos han bajado por debajo del 75% del SMI o ha variado la composición de la unidad familiar.
Si el recurso es desestimado, existe la vía judicial ante la jurisdicción social en los plazos previstos. En cualquier caso, mantén la demanda de empleo activa, actualiza tus datos y pide orientación en el servicio público de empleo para no perder oportunidades de acceso o compatibilidad con formación y trabajos a tiempo parcial.
Obligaciones del solicitante del subsidio por desempleo
Búsqueda activa de empleo y formación
Percibir el subsidio por desempleo implica un compromiso constante con la empleabilidad. La persona beneficiaria debe mantener la inscripción como demandante de empleo en vigor, renovar la demanda en fecha y acreditar una búsqueda activa y razonable de oportunidades. Esto incluye responder a citaciones, acudir a entrevistas concertadas por los servicios públicos de empleo y aceptar ofertas adecuadas a la cualificación y experiencia cuando no existan causas justificadas para rechazarlas.
La formación también forma parte de las obligaciones: inscribirse y asistir a acciones de recualificación, orientación o mejora de competencias, especialmente cuando el itinerario acordado con el servicio público lo prevea, es clave para conservar el subsidio por desempleo y aumentar las opciones reales de inserción laboral. Además de cumplir con las actividades programadas, es esencial comunicar de manera inmediata cualquier cambio que pueda afectar al derecho. La incorporación a un trabajo por cuenta ajena o propia, la variación de jornada en un empleo compatible, una modificación en las rentas del hogar o en la composición de la unidad familiar deben notificarse sin demora. Esta transparencia evita cobros indebidos, facilita los ajustes temporales del subsidio por desempleo y garantiza que la protección asistencial se mantenga dentro de los límites legales mientras avanza la búsqueda de empleo.
Posibles sanciones
El incumplimiento de las obligaciones asociadas al subsidio por desempleo puede dar lugar a sanciones graduadas que van desde la suspensión temporal del pago hasta la extinción definitiva del derecho.
Entre las causas más habituales figuran no renovar la demanda en plazo, no comparecer a una cita sin causa justificada, rechazar una oferta de empleo adecuada, abandonar un curso obligatorio o no comunicar un incremento de ingresos que haga superar el 75% del salario mínimo interprofesional. La administración puede exigir, además, la devolución de las cantidades percibidas indebidamente cuando se haya cobrado el subsidio por desempleo sin reunir los requisitos en todo o en parte del periodo afectado.
Para evitar sanciones, conviene llevar un control riguroso del calendario de renovaciones, conservar justificantes de asistencia a formaciones y entrevistas, y revisar mensualmente la situación económica propia y de la unidad familiar. Si concurre una causa que impide cumplir una citación o completar una acción formativa, es preferible comunicarlo de inmediato y aportar la documentación acreditativa.
Este comportamiento diligente protege el derecho al subsidio por desempleo, permite corregir incidencias a tiempo y demuestra el compromiso real con la inserción laboral que exige la protección asistencial.
Casos particulares y territoriales
Ceuta y Melilla: especificidades administrativas
En Ceuta y Melilla, la tramitación del subsidio por desempleo sigue el marco estatal, pero puede presentar matices organizativos derivados de la estructura administrativa y de la coordinación entre los servicios públicos de empleo y otras oficinas públicas.
En la práctica, estos territorios concentran las gestiones en menos sedes, lo que hace especialmente recomendable planificar con antelación la cita previa, verificar los horarios de atención y preparar con rigor la documentación para evitar segundas visitas.
Además, determinadas acreditaciones, como la convivencia efectiva, la residencia o la situación familiar, pueden requerir certificados emitidos por organismos locales, por lo que conviene solicitarlos con margen. Si existe trabajo parcial compatible o cambios frecuentes de jornada, es prudente comunicar de inmediato las variaciones para que el cálculo del subsidio por desempleo se ajuste sin demoras.
Ciudadanía UE y extranjeros residentes
Las personas con ciudadanía de la Unión Europea y las personas extranjeras residentes pueden acceder al subsidio por desempleo cuando cumplen los requisitos generales y acreditan su residencia y situación laboral conforme a la normativa migratoria vigente.
En el caso de ciudadanos de la UE, suele bastar con el documento de identidad y, cuando proceda, la inscripción en el registro de ciudadanos de la Unión, además de la acreditación de la situación legal de desempleo y de la carencia de rentas por debajo del 75% del SMI.
Para personas extranjeras extracomunitarias, es imprescindible disponer de autorización de residencia y, si corresponde, de trabajo, así como demostrar la finalización de la relación laboral por causas reconocidas, la inscripción como demandante y el cumplimiento del límite de ingresos.
En ambos supuestos, cualquier cambio en la situación administrativa, renovación de permisos, modificaciones de residencia o de unidad familiar, debe comunicarse de inmediato, ya que puede afectar al mantenimiento o a la suspensión del subsidio por desempleo.
En resumen, el subsidio por desempleo ofrece una protección asistencial básica a quienes no tienen derecho a la prestación contributiva o ya la han agotado. Su acceso depende de la situación legal de desempleo, de la inscripción como demandante y de respetar el límite de rentas, con particularidades según la modalidad y la composición de la unidad familiar.
Antes de solicitarlo, conviene revisar requisitos, preparar la documentación y elegir el canal de tramitación más conveniente. Mantener la demanda activa, cumplir el compromiso de actividad y comunicar cualquier cambio laboral o económico es clave para conservar el subsidio por desempleo y avanzar hacia la reincorporación al mercado de trabajo.
